Seguridad

En Balcanes no hay centrales nucleares, tampoco hay crisis del pepino ni vacas locas. No es un lugar en el que se secuestre a extranjeros para pedir rescate; no hay piratas surcando los mares ni bandoleros ni manadas de perros asesinos. Tampoco hay tiburones. No hay tifones ni fiebres tifoideas ni riesgo a que te envenen en el restaurante. No hay drogadictos desesperados ni atracadores o violadores acechantes en las esquinas.

En BiH todavía hay muchas armas ilegales, y por eso estas señales.

Cierto, Balcanes tampoco es el paraíso terrenal, pero no hay que tener ningún miedo a venir. De hecho, las recomendaciones de seguridad son sencillas:

Seguridad ciudadana y rateros
La cuestión de las minas
Pedir ayuda
El nacionalismo extremista y las sensibilidades nacionales
La policía y las carreteras
Ser mujer y viajar
La homofobia en los Balcanes

SEGURIDAD CIUDADANA

Los niveles de seguridad ciudadana son bastante altos en toda la región. Los robos son poco frecuentes y raramente se producen con violencia, aunque hay que tener en cuenta las reglas mínimas comunes a cualquier lugar turístico: no dejar objetos de valor a la vista en el vehículo, y no descuidar tus pertenencias en playas o parques. Hay que tener especial cuidado en Sarajevo con los carteristas en el tranvía, y con las mujeres y los niños que mendigan y acosan al paseante por las calles del centro histórico. Aunque hay en circulación muchas armas ilegales, los incidentes no son frecuentes: la gente las guarda por desconfianza tras la guerra (muchos prefieren estar preparados por si vuelve a pasar algo), y quienes están dispuestos a usarla son los del crimen organizado, con quienes en principio no deberías tener trato.

LAS MINAS

Sí, esta zona fue escenario de guerra pero no, no hay que tener miedo de las minas. No hay minas en Montenegro (no fue escenario bélico), y las que hay en Bosnia y Herzegovina y en menor medida en Croacia no deben preocupar al viajero: están bien señalizadas y en lugares inhóspitos o que no tienen ningún interés. Sólo se deberá tener cuidado si se tiene intención de hacer senderismo por algún lugar «extraño». Las áreas de senderismo marcadas como tales son completamente seguras.

PEDIR AYUDA:

La mejor recomendación ante cualquier necesidad o problema es perder la timidez y buscar ayuda en la gente que nos encontremos. Por lo general se puede confiar plenamente en la hospitalidad y generosidad balcánica hacia los viajeros, y si nuestro interlocutor no es capaz de entenderte, buscará a alguien que sí pueda hacerlo.

Estas sandalias en Serbia no sirven para hacer amigos. En Croacia, una camiseta del Estrella Roja de Belgrado, tampoco.

NACIONALISMOS

Es muy importante mantener cierta sensibilidad cultural y respetar las sensibilidades nacionales de la región. Esto quiere decir que si te compras la camiseta de un equipo de fútbol, mejor estrenarla en España, no vaya a ser que el día que te la pongas viajes a una zona en la que te pueda crear un problema.

Una cuestión delicada es la de las matrículas de los coches, que por las tensiones nacionalistas pueden ser recibidas con pitidos o cortes de manga en según qué lugares. Las matrículas de los coches de Bosnia y Herzegovina son las más seguras porque no tienen distintivo provincial (no se sabe si quien conduce es bosniaco, croata o serbio). Los vehículos montenegrinos, por el contrario, y especialmente con matrículas de Podgorica, pueden no ser bien recibidos en Dubrovnik por el bombardeo de la ciudad, en 1991, por las tropas del ejército yugoslavo acuarteladas en Montenegro. Lo más probable es que no haya más que algún pitido o gesto desagradable, aunque ciertamente existe un mínimo riesgo de que algún descerebrado pinche una rueda o raye el coche. Las matrículas croatas, por último, son habituales tanto en Bosnia como en Montenegro, donde sólo hay que tener precaución con que algún policía intente colarnos una multa.

CORRUPCIÓN POLICIAL

Aunque se han hecho esfuerzos para erradicarla, la corrupción policial y el abuso de poder son relativamente frecuentes, y conducir por la zona da múltiples ocasiones de afrontarla. Enfrentarse a un policía (inevitablemente varón) que se echa la gorra hacia atrás mientras apoya la mano en la ventanilla y te mira por encima de las gafas de sol, en esta región, no evoca nada a una película de Tarantino. Lo mejor es intentar ser simpático sin pasarse, y si hay algún problema intentar ganar por aburrimiento. Aparentar que eres monolingüe de español y que no entiendes absolutamente nada de lo que está pasando ayuda a que se desesperen.

LAS CARRETERAS

La receta para lidiar con la policía no pretende dar pistas para infringir la ley, sino para lidiar con agentes de policía que abusan de ella. En realidad, conduciendo se deben respetar todas las señales y prestar la máxima atención, y especialmente en esta región, donde muchos hombres conducen como si despreciaran profundamente su vida, y lo que es peor, la de los demás. Los conductores montenegrinos y los albaneses son los más imprudentes, pero también se ven barbaridades en el resto de los países, además de obras, derrumbes y socavones sin señalizar, animales de todo tipo, viandantes despreocupados, carros y multitud de cacharros humeantes que se arrastran por el asfalto a velocidades de paseo. Por todo ello, muchísima atención en las carreteras. En todo momento, mucho cuidado.

MUJERES VIAJERAS

Las mujeres no deben sentirse inseguras aquí, ya viajen solas o en pequeños grupos. Es cierto que silbidos o piropos pueden resultar ofensivos o intimidatorios, pero en esta región son comportamientos sociales muy extendidos y sólo muy excepcionalmente se producen casos de violencia física. Es cierto que estas son sociedades bastante machistas, pero también lo es que la violencia contra las mujeres se suele manifestar hacia dentro, contra las mujeres de casa.

HOMOSEXUALIDAD

Las muestras de afecto homosexual sí tienen bastantes posibilidades de ser recibidas con violencia, tanto verbal como física. La homofobia, en esta región de hombres tan hombrunos y mujeres tan femeninas, afecta a bastante más de la mitad de la población. Hay algunos bares y playas que son gay-friendly (y los que conozco se detallan en el recorrido), pero incluso en ellos hay que «cortarse» un poco y no darse la mano o besarse a no ser que se vea que parte del público lo hace.

¿Quieres saber más?

Las páginas del MAEC sobre Croacia, Bosnia y Herzegovina y Montenegro tienen más información, que conviene leerse. Si sabes inglés, los americanos dan información más variada: HR, BIH, MNE.