El puente sobre el Tara

Este bonito puente sobre arcos se construyó entre 1937 y 1940, y en su tiempo fue el mayor viaducto de cemento de Europa. Cuenta la leyenda que los ingenieros estaban estudiando cómo construirlo, si sobre pilares o de otro modo, pero el ingeniero jefe decidió que sería sobre arcos, según la leyenda, como homenaje al magnífico par de pechos de su novia italiana.

El resultado es esta impresionante obra que tiene 365 m. de longitud y una altura máxima de 172 m. sobre el curso del río Tara. El vano del mayor de sus arcos tiene 116 m.

Poco después de su construcción Yugoslavia fue invadida e inmersa de lleno en la Segunda Guerra Mundial. Los partisanos intentaban evitar el acoso de las tropas italianas, y para evitar que cruzaran el río Tara decidieron volar el puente. El encargo recayó en Lazar Jauković, ingeniero que había trabajado en su construcción y que se había enrolado con los partisanos. Aunque logró su objetivo, fue posteriormente descubierto, ejecutado cerca del viaducto, y su cuerpo arrojado al río. Lazar se convirtió en uno de los héroes nacionales de Yugoslavia, como lo recuerda la placa que se colocó tras la reconstrucción del puente, en 1946. La hazaña guerrera mereció incluso la realización de una película, «Most» (Puente).

Al lado del puente está también el busto del partisano Božidar Žugić, que fue colocado por su madre, Marija [maría]. La patrulla de Božidar había sido rodeada por tropas húngaras y el comandante partisano decidió que no había más remedio que rendirse, así que fue a negociar las condiciones con el oficial enemigo. Pero repentinamente, y gritando «¡yo no me rendiré!», Božidar se lanzó disparando contra ellos y los mató a ambos. Consecuentemente, los húngaros abrieron fuego y acabaron con Božidar y sus 15 camaradas. Aunque esta imprudencia suicida pueda parecer que no merece un monumento, la pobre Marija, además de a su impulsivo hijo, perdió otros 6 durante la guerra. Le perdonaremos, pues, su homenaje a su irreflexivo vástago.