De paseo por el casco antiguo

La Porta Marina. Foto de Natalia Díaz.

La Porta Marina o entrada principal a la ciudad, enfrente de la bahía, es el mejor lugar para iniciar la visita. Intenta imaginártelo como era en el pasado, sin carretera y aparcamiento, sólo una gran plaza triangular junto al mar y un puerto en el que atracaban los veleros. Como en Venecia, el acceso principal a Kotor era por mar y sobre la Porta Marina el león alado de la Serenísima República daba la bienvenida a los visitantes. Ahora la placa está incrustada en el muro, un poco a la derecha, y en la puerta hay una inscripción menos romántica que conmemora la fecha de liberación de Kotor durante la Segunda Guerra Mundial.

La Porta Marina data de 1555 y está decorada con motivos renacentistas y barrocos. Hay un relieve gótico del siglo XV en el lado derecho del pasaje abovedado, que representa a la Virgen y a Cristo en el trono. Después de pasar la puerta llegas a la plaza principal de Kotor, la Plaza de Armas (Trg od oružja), hoy llena de terrazas.

La Plaza de Armas

La plaza está presidido por una preciosa Torre del Reloj de estilo barroco (s. XVII) y una picota piramidal en la que los criminales eran castigados por sus fechorías. Las secuelas de los numerosos terremotos y guerras son evidentes en gran parte de la ciudad y estos dos monumentos no son una excepción. La picota es una réplica del original que fue destruido durante la Segunda Guerra mundial, y la Torre del Reloj está ligeramente ladeada por el efecto de varios terremotos sobre sus cimientos. La inclinación es particularmente evidente cuando se la mira desde el lado derecho.

En el extremo izquierdo de la plaza está el Arsenal veneciano (edificio de la derecha), antiguo depósito de armas del que recibe el nombre la plaza. La callecita a su izquierda lleva al que era uno de los baluartes, llamado Citadela, y que tiene una vista fantástica de la bahía y de la ciudad con sus murallas. A la izquierda del arsenal está el Viejo Ayuntamiento, que data de 1762 pero fue completamente remodelado en estilo neoclásico en 1904. La fachada que da a la plaza resultó muy dañada por el terremoto de 1979 y tuvo que ser completamente renovada. Desde su construcción hasta la actualidad el edificio ha servido para muchos propósitos, incluyendo un teatro durante la ocupación francesa y desde entonces los locales lo conocen como el Teatro Francés o de Napoleón. Actualmente es un hotel de lujo.

El edificio alargado con la balconada cubierta es el Palacio del Príncipe o residencia del Preboste venciano. Es un edificio modesto construido en 1763 con funciones militares: sirvió como almacén y prisión militar, y para alojar a soldados y oficiales. La torre maciza que está al extremo del palacio, justo enfrente de la Torre del Reloj, era el edificio de la guardia de la ciudad.

Hacia la catedral de S. Trifón por la Plaza de la Harina

Enfrente de la Torre del Reloj, al otro lado de la plaza, están los palacios Bizanti y Beskuća. El Palacio Bizanti se fecha en el siglo XIV y es el edificio de tres plantas en el que está la oficina de correos. Los Bizantis fueron una familia rica y eminente de Kotor cuyo miembro más notable fue un tal Gerolamo, que comandó la única galera de Kotor que participó en la batalla de Lepanto, la San Trifón. Lamentablemente no tuvo mucha fortuna, pues el navío estaba entre las 15 galeras cristianas hundidas el día de la batalla, de una armada compuesta por 232 naves.

Del Palacio Beskuća destaca el hermoso portal gótico en la travesía a su lado izquierdo. Este portal pertenecía originariamente al Palacio Bizanti, pero se trasladó aquí después del terremoto de 1667. Los Beskuća son conocidos por un arrogante antepasado, el conde Jozo, quien públicamente se propuso poseer cien casas. Como su apellido no era muy prometedor, pues Beskuća significa literalmente “sin casa”, lo cambió por “Stokuca”, en el que sto significa “cien”. Jozo no logró su ambicioso objetivo y sus descendientes recuperaron el antiguo apellido.

La calle entre ambos edificios lleva a la Plaza de la Harina, que se llama así por los almacenes que había antes aquí. A la entrada de la plaza está el Café Cesare, que fue una capilla construida en 1345 para la familia Buća, tal y como refleja la placa que está colgada en el muro original de la iglesia, y que ahora está integrado en la pared del café. Los edificios más llamativos de la plaza son los palacios Pima y Buća.

Plaza de S. Trifón

Pasando la Plaza de la Harina se llega a la plaza central de Kotor que está dominada por la catedral de S. Trifón, pero que tiene otros edificios interesantes como el Ayuntamiento, el primero a la derecha, y el Palacio Episcopal, a la izquierda de la catedral. Este palacio es la sede de la diocesis de Kotor, que es la institución activa más antigua de la ciudad y de la que se conservan pruebas de su existencia tan atrás como el año 530. La actual sede de la diocesis fue parte del Palacio de la familia Drago antes de que fuera donado a la Iglesia Católica en 1333. La mayoría de la arquitectura gótica de Kotor fue destruida durante los sucesivos terremotos, incluyendo este palacio que se reconstruyó en un barroco muy modesto; pero se conservan algunos bonitos elementos góticos, como la ventana en la galería que conecta el palacio con el episcopado.

Catedral de S. Trifón

La catedral de S. Trifon

La primera iglesia dedicada a S. Trifón se construyó en el siglo IX, pero fue sustituida por una catedral románica tres siglos después. La mezcla renacentista y barroca del edificio actual se debe a las reformas sucesivas después de cada terremoto, de los cuales el peor fue probablemente el de 1667 cuando las torres y la fachada se derrumbaron sobre el Palacio del Príncipe, matando al Preboste veneciano y a toda su familia. Más tarde tanto el pórtico como las torres se reconstruyeron en estilo barroco, y la residencia del Preboste se trasladó a un lugar más seguro en la Plaza de Armas. La nave de la derecha también fue demolida completamente y reconstruida a finales del siglo XIX, como se observa claramente desde el interior.

La iglesia consta de tres naves separadas por pilastras y columnas que se cree que provienen de algún templo romano de las cercanías. En el intradós de algunos arcos se conservan restos de las pinturas murales que antiguamente cubrían todo el interior de la iglesia. Comenzando la visita por la nave de la derecha, a los pies de la misma hay un sarcófago de piedra con los restos de Andrea Saracenis, y sobre él, la Crucifixión de Jacopo da Ponte Bassano, uno de los pintores más destacados del Cinquecento veneciano. Kotor sufrió varios brotes de plaga, así que el primer altar de la nave está consagrado a San Roque, el santo del siglo XIV que dedicó su vida a cuidar a los infectados de la peste negra, de la que él mismo se contagió y sufrió graves secuelas en una pierna, como muestra la estatua. Un poco más adelante está el altar de la Santa Cruz y en el ábside un altar de plata de finales del s. XVII que solía ser parte del altar principal de la catedral.

El interior, con el ciborio al fondo, en el centro.

El ábside central está decorado con un retablo dorado realizado por orfebres locales en el siglo XV, pero la obra de arte más destacada de toda la catedral es el ciborio, una pieza maestra de 1362 con una banda con relieves que narran escenas de la vida de S. Trifón. En la nave de la izquierda hay un altar dedicado a S. Nicolás y otro a la Virgen María. El último contiene un icono de plata muy voluminoso y una colección de ofrendas votivas a la virgen, muchas de las cuales las hicieron marineros por sobrevivir a dificultades durante sus travesías.

Junto a este altar y justo enfrente de la entrada está la escalinata que lleva al relicario, que fue añadido a la catedral a finales del s. XVII. La capilla barroca está cerrada por una verja de metal de la que cuelga un estremecedor crucifijo de madera del s. XIII. Las reliquias de S. Trifón están en la urna de mármol que sostienen dos ángeles y en la que hay una estatua orante del santo, todo ello obra del escultor veneciano Francesco Penso Cabianca. El sarcófago de plata contiene las reliquias del cuerpo, mientras que la urna dorada a su derecha guarda la “Cabeza Gloriosa” del santo. Las vitrinas de la capilla exhiben otras 58 reliquias, entre las que está una supuesta astilla de la Santa Cruz.

INFORMACIÓN: La entrada cuesta 1 € y abre de 9 a 20 h, hasta las 19 h durante el invierno. Los oficios son los domingos y fiestas religiosas a las 10 de la mañana.

Desde la plaza de S. Trifón, pasando bajo el arco del Palacio Drago se llega a la antigua Prisión Austríaca, un macizo edificio situado en una preciosa y pintoresca placita con una fuente de bronce de lo más elegante y que todavía funciona. Mirando a la fuente, las escaleras de la derecha llevan a una minúscula iglesia ortodoxa consagrada a S. Pedro de Cetinje (Sveti Petar Cetinjski). Detrás de la iglesia, girando a la derecha y después a la izquierda por la primera o la segunda callejuela se llega a la Plaza del Museo, en la que el edificio más importante es el Palacio Grgurina que alberga el Museo Marítimo.

Museo Marítimo en el Palacio Grgurina

La noble familia de los Grgurina se trasladó a Kotor durante el s. XVII desde Istria, en el norte de Croacia, y durante el XVIII se construyeron este palacio barroco con piedra de la también croata isla de Korčula. Uno de los miembros de la familia, el Obispo Marco Antonio Grgurina donó el edifico para usos públicos y desde entonces ha albergado sucesivamente la administración de la ciudad, el cuartel militar austriaco, el gobierno del distrito, el primer museo de la Armada de la Boka Kotorska, y finalmente, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el Museo Marítimo de Montenegro (Pomorski muzej).

Este interesante museo ayuda a entender la importancia de Kotor en la historia del Mediterráneo y la intensa relación entre el mar y la ciudad. La exposición incluye un gran número de maquetas navales, viejos mapas y planos, armas, retratos de los marinos más renombrados de la Boka, y recuerdos de los episodios más heroicos de la historia marítima local. Desgraciadamente no hay paneles explicatorios en inglés, pero si no has optado por la audioguía puedes preguntar a algunos de los guías en las salas, que estarán encantados de ayudarte.

INFORMACIÓN: En julio y agosto el museo abre todos los días de 8 a 23 h. Fuera de temporada, entre 8 y 14 h, los domingos de 9 a 13 h. Tel. 032/304-720, e-mail: pom.muzej.dir@cg.yu. Entrada 2 €. Audio-guías disponibles en cinco idiomas diferentes, 2 €.

Karampana

Yendo por la calle a la izquierda del museo se llega a la fuente más bonita y antigua de la ciudad, de finales del siglo XVII, conocida como Karampana. Durante mucho tiempo fue la única fuente de agua potable de la ciudad, en torno a la cual las mujeres se reunían para lavar las ropas y, como dicen los locales, hablar de los últimos cotilleos. El mecanismo todavía funciona, y después de probar un poco, es fácil encontrar la posición para mantener corriendo el chorro de agua.

Dejando la Karampana a la izquierda se llega a la Plaza de San Lucas, que es otra de las más características de la ciudad. La iglesia que da nombre a la plaza está graciosamente situada a la derecha, sin ningún tipo de orden aparente con la distribución del conjunto. Detrás del ábside de la iglesia hay un callejón que lleva a otra plazuela (Plaza de la Leche) en la que hay otra fuente y un precioso edificio barroco con una imponente escalera, reconvertido en hotelito de lujo. De vuelta a la plaza de San Lucas, además de la iglesia homónima está la de San Nicolás.

Iglesia de S. Lucas

Iglesia de S. Lucas

Esta capillita se construyó en 1195 y es el único edificio histórico que no ha sufrido grandes daños durante los terremotos que destruyeron la ciudad en el pasado milenio. El exterior es románico mientras que el interior estaba decorado con frescos siguiendo los cánones bizantinos, pero sólo se conserva un fragmento en el muro derecho. El retablo es del siglo XVII y el autor es Dimitrije, maestro fundador de la escuela de los Rafailovići, que produjo los mejores iconos de Montenegro. Durante el s. XVIII se añadió a la izquierda del retablo una capillita encantadora cubierta con frescos pintados por maestros cretenses y dedicada a San Espiridón.

Originariamente esta iglesia fue el principal templo católico de la ciudad, pero la llegada masiva de refugiados montenegrinos huyendo de los turcos a mediados del s. XVII llevó a que se instalara un altar ortodoxo en la iglesia. El templo fue usado por ambas confesiones hasta que el altar católico fue retirado durante la ocupación de la ciudad por las tropas de Napoleón.

INFORMACIÓN: Abierta de 9 a 13 h y de 17 a 22 h, hasta las 19h durante el invierno. Entrada gratuita.

San Nicolás

En este lugar había un monasterio dominico consagrado a S. Nicolás (Sveti Nikola) y construido en el s. XVI, pero un fuego lo arrasó en 1896 y pocos años después se construyó esta iglesia en estilo seudo-bizantino. Es difícil decir si llama más la atención la mole del edificio o la vistosa bandera de la iglesia ortodoxa serbia que cuelga en la fachada. Dentro no hay nada realmente interesante, salvo otra gran bandera colgando del coro y un iconostasio neoclásico con cuatro enormes iconos hiperrealistas gracias al efecto de la curvatura del panel de madera.

INFORMACIÓN: Abierta de 8 a 13 h y de 17 a 22 h, hasta las 19 h durante el invierno. Entrada gratuita.

Plaza de Santa María y Puerta del Río

Dejando la Iglesia de San Nicolás a la izquierda se llega a la plazuela de Santa María, presidida por la iglesia homónima, conocida también como Iglesia de la beata Hosanna (Crkva Blažene Ozane). Se construyó en 1221 en estilo románico y poco después el interior fue cubierto de frescos pintados por maestros griegos, de los cuales se conserva la firma de uno, MANOΥΛΩζ, en la espada de San Gabriel, en el muro a la derecha de la entrada. El campanario se añadió mucho más tarde, a finales del s. XVIII, y la puerta de bronce que representa escenas de la vida de la beata la realizó en 1985 el escultor croata Vasko Lipovać. Desgraciadamente esta bonita iglesia está casi siempre cerrada, salvo en los horarios de misa (jueves a las 20 h durante el verano) u ocasionalmente durante conciertos de música clásica durante el verano.

En el primer altar de la nave, a la izquierda, se conserva en un sarcófago de cristal la momia de la beata Hosana. Las manos de la momia son visibles cruzadas sobre el pecho; afortunadamente el resto del cuerpo está cubierto con un hábito y la cara con una máscara. Hosana nació en 1493 en un pequeño pueblo en el Montenegro montañoso, hija de padres ortodoxos y llamada Katarina Kosić como nombre de pila. Era una pastorcita que desde muy pequeña comenzó a tener extrañas visiones mientras guardaba el ganado. A los 12 años se mudó a Kotor a servir en el palacio de la familia Buća, y fue probablemente por la influencia de sus patronos católicos por lo que Catarina se convirtió al catolicismo. En 1515 ingresó en la orden de las dominicas con el nombre de Hosanna en honor a la también beata Hosanna de Mantúa, que era contemporánea suya. Fue una anacoreta que vivió más de 50 años encerrada en una celda en la que recibía visitas de los ciudadanos de Kotor que buscaban consejo y protección, como en 1539, cuando según la tradición local la ciudad fue sitiada por el capitán Barbarroja con 200 barcos y 30.000 hombres, ni más ni menos. Considerando las dimensiones de la bahía y de la ciudad misma, comprensiblemente los habitantes estaban aterrorizados, pero, y quién sabe si gracias a la intercesión de Hosana, consiguieron resistir el asedio. Hosana fue beatificada en 1934 y actualmente se considera, junto a S. Trifón, patrona de Kotor.

Detrás de la iglesia de Santa María está el Palacio Grubonja, que data del siglo XVI pero fue completamente reconstruido en 1955, cuando se desmontó y rehizo piedra a piedra. El interés del edificio se lo da el escudo de armas con la calavera, la serpiente, los huesos y el monograma de Cristo IHS, por lo que se lo considera el emblema de la farmacia de la ciudad, que se menciona por primera vez en el año 1326. En la esquina opuesta de la plaza, detrás de la fuente hay unas escaleras que llevan a una parte de las murallas en la que durante el verano se instala un escenario para conciertos y bailes folclóricos. Desde allí hay también una bonita vista del arroyo Škurda.

La puerta de la ciudad en esta plaza es el acceso norte a la ciudad, la llamada Puerta del Río. Sobre ella, en la parte exterior, hay una placa con el león alado veneciano de San Marcos y otras con textos en latín que recuerdan que la puerta se construyó en 1540 para conmemorar la defensa victoriosa de la ciudad contra el ataque de Barbarroja el año anterior.

Originariamente había un puente de madera levadizo para cruzar el río Škurda, que llevaba al “mercado montenegrino”. Y es que desde aquí, mirando a la colina detrás de la muralla se ve la carretera que, serpenteante y empinadísima, era expresivamente llamada la escalera de Cattaro y fue hasta 1879 el único camino al Montenegro interior. Por aquí descendían los montenegrinos de Cetinje y Njeguši para vender su carne, miel, leches y quesos, y subían cargando con productos de artesanía y armas para su resistencia contra los turcos. Hasta la cima hay unos 20 km, aunque se puede recorrer un tramo menor y acceder a la parte alta de las murallas a través de una puerta llamada “Spiljarska“.

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